Ximena Abarca y su luz interior

En las costas de Puerto Montt, donde las olas susurran secretos al viento, reside Ximena Abarca, una mujer de 53 años cuya existencia es un faro de lucha y esperanza. Ximena ha navegado por tormentas de desesperanza y mares de desafíos, pero con un corazón indomable, ha encontrado siempre el rumbo hacia la luz.

«Desde que tengo memoria, la vida ha sido un desafío constante,» nos cuenta Ximena. Abandonada en su juventud y atrapada más tarde en las redes de un matrimonio destructivo, encontró en su hijo la razón para enfrentar cada tormenta. «Mi hijo y mis tres perritas son mi razón de ser, el motivo por el que cada día encuentro fuerzas para continuar.»

Ahora jubilada por invalidez, Ximena se enfrenta a la vida desde la tranquilidad de su hogar, soñando con un refugio propio. «Mi sueño más grande es tener una casa propia donde pueda vivir en paz, lejos de las sombras del pasado.»

La historia de Ximena es una crónica de supervivencia y dignidad. Se siente orgullosa de haber superado la violencia y de haber sacado adelante a su hijo contra todo pronóstico. «Sobrevivir al maltrato y ver a mi hijo crecer y superarse, eso es lo que me hace sentir más orgullosa de mí misma,» relata con un brillo de orgullo en sus ojos.

Sin embargo, la vida de Ximena es aún una batalla diaria contra enfermedades crónicas que amenazan con robarle su vitalidad. «Las enfermedades dolorosas son mi lucha diaria, pero no me dejan rendirme,» nos dice, su voz cargada de determinación.

Ximena critica la insuficiencia de las leyes chilenas para proteger a las mujeres, especialmente en temas de salud y empleo. «El mayor desafío que enfrentamos las mujeres en Chile hoy es la falta de protección y apoyo adecuado, especialmente en salud mental,» explica.

Para Ximena, cada día es una oportunidad para reafirmar su fortaleza. «Soy fuerte, a pesar de todo lo que he vivido. Sigo luchando, no solo por mí, sino por todas las mujeres que aún se sienten solas y desprotegidas.»

Los pasatiempos que una vez le dieron alegría, como el yoga en piscina, hoy están fuera de su alcance, pero su espíritu permanece indomable. «Aunque no puedo hacer mucho debido a mis enfermedades, mi espíritu sigue intacto,» afirma con una sonrisa.

Su consejo para otras mujeres es un mensaje de empoderamiento y luz. «Aunque el camino parezca oscuro y profundo, siempre hay una luz interior que puede guiarte. Recuerda, no hay nada más fuerte que una mujer decidida a superar las adversidades.»

Ximena desea ser recordada no solo como una sobreviviente, sino como un testimonio de amor, lucha y esperanza. «Todo lo que he querido es ser amada y respetada. Soy una mujer fuerte, y merezco ser feliz.»

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